Cuando el fútbol, deja de ser fútbol

El último partido de Liga del Juvenil Provincial ante el C.D. Villa, en la Villa de don Fadrique, nos dejó otro partido emocionante (por lo cambiante del marcador y la intensidad del encuentro), de los jóvenes jugadores del C.D.Toledo. El Toledo se impuso 2-3, con un marcador más que justo debido a los esfuerzos de los jugadores verdes, y a lo acontecido durante la tarde del sábado sobre el terreno de juego, (aunque eso sí no por el juego desplegado).

Con ello y a pesar de lo que viene a continuación, es importante decir primero que el comportamiento del entrenador del C.D. Villa (Fausti) fue esquisito tanto con los entrenadores como con los jugadores del equipo visitante, antes, durante y después del partido. Así como la actitud de los jugadores del Villa, o de la gran mayoría de ellos durante y al finalizar el partido. Sin embargo lo que a continuación viene es una crítica totalmente constructiva tanto para los entrenadores de los dos equipos, como para los jugadores y aficionados del fútbol en genral, que tantas veces repiten dicho comportamiento.

Empezamos...

Los entrenadores de ambos equipos estuvieron demasiado nerviosos durante todo el partido, quizás por la intensidad del partido en algunos momentos, otras veces por la permisividad del árbitro ante el juego brusco y la amonestación ante acciones de protestas; y otras más por las injusticias que se llegan o se pueden llegar a vivir durante un partido de fútbol, sea cual sea, la acción primaria que desencadena esa acción, los entrenadores son los primeros que deben dar ejemplo (y repito va para los de los dos equipos) aunque el sábado algunas veces no lo hicieran.

Seguimos...

E aquí el por qué de este "artículo".

El fútbol es, en su mejor expresión sobre un terreno de juego, un deporte realmente bello, en el que el TRABAJO EN EQUIPO, es la única vía para obtener el éxito, un deporte en el que la lucha táctico-estratégica entre dos equipos puede llegar a ser trepidante, llena de emoción, en la que un equipo pasa de la ilusión, a la decpeción en tan sólo un segundo, y viceversa.

Sin embargo a veces el fútbol deja de ser fútbol, y el sábado desgraciadamente ocurrió en varias fases del partido. Muy pronto, demasiado, en el minuto 20 del primer tiempo (1-0), el fútbol empezaba a morir para la tarde del sábado 17/10/09 en la Villa de don Fadrique, cuando el portero del conjunto local se retrasaba con el balón en los pies hacia la línea de fondo, dentro de su propia área, para esperar la presión de un delantero vistante, que comenzaba el repliegue a posicionamiento de partida para esperar el saque en largo del portero... que inocente él, el meta rival le estaba esperando desde hacia un rato en la línea de fondo con el balón entre los pies para que cuando llegase a su altura cogiese el balón con las manos, se jactara de su magnífica acción técnico-táctica individual, mientras el delantero avanzaba en una carrera en la que desgraciadamente ya conocía el final.

Pero aquí no acaba esto, justo en el momento en el que el portero recoge el balón y el delantero vuelve derrotado ante la "gran lucha" que se vivió en el minuto 20, una persona perteneciente al CD Villa, (no vamos a dar nombres, pues está claro que no pensó lo que hacía ene se momento), se vanagloriaba y proclamaba a los cuatro vientos y a viva voz la "gran categoría" que tiene el portero.

Sinceramente en aquel momento se me calló el mundo encima, con los ojos como platos y lleno de incredulidad ante lo que acababa de presenciar, se me ocurrió aquello de que el fútbol se encamina a dejar de ser fútbol.
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No voy a comentar la dureza del partido, y la permisividad del árbitro ante el juego brusco, por ahora...aunque lo acabaré haciendo, puede que en unos días, unas semanas o en unos minutos. Pero sea como fuere, mando un mensaje, que aunque bien sé que pocas personas leerán, no puedo dejar de enviarlo:

Sres. árbitros dejense de sacar amarillas cada vez que un jugador protesta una acción del partido y sáquensela a aquellos que emplean el juego brusco y con agresividad desmesurada como vía para intimidar al rival, y no dejarle jugar.

Como dato anecdótico del final del partido: El Juvenil Provincial acabó con un chico con un tobillo muy dañado y viajando con hielo en el autobus de vuelta y otro con un regalito en forma de marca de tres tacos en la cara... Resultado final de las acciones de las lesiones, corner a favor del equipo local, tras la falta no pitada y gol 2-2; y gol a favor del Toledo en el 2º caso, se puede decir que el chaval dió la cara por el equipo...que gracioso suena...pero no lo és.